Una vez terminada la gira de un año de Braillectronic, el entonces estudiante de Bachillerato Max Eduardo García Esquivel, buscaba un nuevo reto.
Buscó el apoyo del maestro Fernando Torres Rodríguez para emprender un proyecto con un objetivo muy específico: encontrar alguna manera de ayudar a personas con TEA (Trastornos del Espectro Autista) por medio de la tecnología.
Fue así como con patrocinio de la Universidad Autónoma de La Laguna, el apoyo de el maestro Ricardo Eugenio Aguirre Barousse y el Dr. José Miguel Jáuregui García, así como la cooperación con las asociaciones IDI y más adelante Sonrisa Azul se desarrolló ICOS, un dispositivo altamente adaptable y personalizable enfocado a asistir en las terapias de comunicación y lenguaje.