Cuando se detecta algún TEA en algún miembro de la familia, usualmente se ve la necesidad de modificar diferentes aspectos de la vida diaria.Por ejemplo, la relación de pareja de los padres se ve afectada por la extensión del periodo de cuidados maternos hacia un hijo que necesita mayor atención y durante un tiempo sumamente prolongado en comparación al de un niño neurotípico, el área intrapersonal es decir la relación consigo mismo muchas veces se sesgada ante la negación al diagnóstico. La dificultad para aceptar que es es un trastorno irreversible; el área social e incluso física, todo esto alrededor de la gran demanda de cuidados que requieren las personas con TEA, lo que dificulta su desarrollo personal, familiar y laboral poniendo en riesgo su salud mental y física al tener a su cuidado a una personas con múltiples necesidades físicas y sociales como es el lenguaje, interacción social y autocuidado que impide al cuidador tener a su disposición el tiempo, espacio y dinero que requiere para satisfacer su propias necesidades por lo que su vida gira entorno al familiar con TEA teniendo para sí una disminución en su calidad de vida no solo del cuidador si no de toda la familia.
El síndrome del cuidador representa ese agotamiento físico mental y de estrés, sus principales síntomas son:
- Agotamiento físico y mental
- Cambios de humor repentinos
- Depresión y ansiedad
- Trastorno del sueño
- Alteraciones del apetito y de peso
- Aislamiento social
- Tendencia a encerrarse en sí mismo
Por lo que es importante el acompañamiento del grupo de apoyo primario, es decir no es ser el único cuidador e involucrar a la familia, es importante que aprenda a delegar y a pedir ayuda reconociendo que esta bien no ser los superpapás, tomar en cuenta sus necesidades personales y las de su pareja así como las del resto de la familia. Tener momentos de respiro: Tiempo libre, cuidados de sí mismo, hacer cosas propias que disfrute.
Evitar el aislamiento social salir de casa, ponerse en contacto con amigos y familiares, y es muy importante facilitar la autonomía del paciente con TEA al máximo es decir dejar que haga todo lo que pueda hacer aunque tarde un poco más de tiempo.
Integrarse a grupos de apoyo para familiares de personas con TEA ya que el compartir experiencias y vivencias te pueden hacer sentir que no estás solo y entienden tu situación. El grupo le puede dar contención ya que ya vivieron esa situación y te pueden compartir sus estrategias de afrontamiento que dieron resultados, también es recomendable ir terapia psicológica y de autorregulación emocional.
Sobre la escritora.
Lizeth Carreón es estudiande te la licenciatura en Psicología. Se interesa por temas como los trastornos del neurodesarrollo, así como el trabajo de terapia con niños. Es adicta a la sopa maruchan y el refresco.